Según la provincia:
El muelle de contenedores de Arrecife se hunde. Una creciente falla de varios centímetros de anchura y el acusado desnivel en varios puntos ponen de manifiesto que la estructura que dio lugar en su día a la línea de atraque para los barcos de carga está cediendo. El problema ha dejado inutilizada una de las tres grúas que operan en el puerto tras hacerse del todo imposible su traslado por los raíles y amenaza ahora con extenderse a las otras dos. Dos de los mecanismos, incluido el que ya no se utiliza, son propiedad de la empresa del lanzaroteño Juan Hernández Oliva y el tercero pertenece a Contenemar.
Los problemas que dejaron fuera de servicio a la primera de las grúas se reproducen ahora en la siguiente. Daniel Hernández, jefe de operaciones de la terminal pública de contenedores Hernández Oliva y miembro de la Comisión de Puertos de la Cámara de Comercio, señala que cada grúa pesa 700 toneladas, a lo que hay que sumar las veinte o treinta toneladas de cada contenedor en la punta. "La segunda grúa ya está sufriendo y más que va a sufrir", apunta. Todo esto provoca una gigantesca presión sobre el muelle de contenedores y, en especial, sobre unos cimientos cuya solvencia ha sido puesta en duda por los usuarios del Puerto de Arrecife.
La grúa no se utiliza desde mayo del pasado año, fecha a partir de la cual se ha complicado el servicio de descarga de contenedores en el muelle. Para empezar, desde entonces no se pueden descargar dos barcos a la vez, lo cual genera largas esperas debido a que los cargueros suelen coincidir en sus escalas en Arrecife. En ocasiones se intentan mitigar las consecuencias a través de la coordinación con el muelle de Puerto del Rosario, en Fuerteventura. Aún así, las carencias se traducen finalmente en retrasos en el reparto de la mercancía, con los consecuentes efectos negativos en la economía insular, sobre todo en el caso de los productos perecederos.
En el caso concreto de la empresa Hernández Oliva, ésta ha tenido que afrontar fuertes gastos en el arreglo de los motores así como el sobrecoste que supone la descarga de la mercancía en horario nocturno.
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