Las Islas Canarias se enfrentan a una amenaza que va a poner en riesgo, de manera inminente, el medio ambiente del archipiélago y el sector turístico que se ha asentado en las islas durante los últimos cuarenta años. La petrolera REPSOL-YPF va perforar, en junio del 2004, dos pozos petrolíferos a escasas millas de la costa oriental de Lanzarote y Fuerteventura. Este será el paso previo para sembrar de plataformas petrolíferas las aguas cercanas a Canarias.
REPSOL-YPF recibió la autorización para realizar las prospecciones petrolíferas que está desarrollando en la actualidad -y que incluyen la perforación de los dos pozos mencionados- el 23 de enero del año 2002 por parte del gobierno español del Partido Popular. Desde entonces, y a pesar de que la concesión de los permisos está recurrida ante el Tribunal Supremo por el Cabildo de Lanzarote, la multinacional petrolera ha venido desarrollando los trabajos de prospección que tenían previstos. Estos consisten en la obtención de una “radiografía” del subsuelo, para lo cual han utilizado potentes cañones de aire comprimido que disparan contra los fondos marinos, produciendo graves consecuencias a la fauna, especialmente a la rica comunidad de cetáceos que habita en la zona. Según la multinacional petrolera, reacia en todo momento a ofrecer información verídica de sus actividades, esta primera fase finalizó en junio del pasado año 2003.
Las consecuencias medioambientales, económicas y sociales que traerían aparejadas la extracción en serie de los hidrocarburos del subsuelo marino -que REPSOL-YPF pretende comenzar en el 2007 en las 616.000 hectáreas para las que tiene concesión de prospección-, serían nefastas para el archipiélago canario. En la explotación de hidrocarburos en plataformas situadas en el mar (off-shore), los expertos denuncian los constantes vertidos de petróleo, imposibles de evitar incluso con la tecnología más avanzada, así como la utilización de productos químicos altamente contaminantes en la fase de perforación y mantenimiento de las plataformas. Todos estos residuos tóxicos contaminarán gravemente las aguas de Lanzarote y Fuerteventura y, por la dinámica de las mareas, llegarán a la costa -precisamente donde están instaladas las urbanizaciones turísticas-, provocando graves perjuicios medioambientales y para la salud humana -ya que el agua en las islas se obtiene por desalación-. A la contaminación que se producirá en el mar, añadir la contaminación atmosférica que se deriva de la combustión continua de los derivados del petróleo durante la fase de extracción, compuesta por CO2, dióxido de azufre, de nitrógeno y otros gases tóxicos altamente nocivos y que, con la dirección de los vientos habitual en la zona, intoxicarán a los residentes y visitantes de Lanzarote y Fuerteventura.
La dependencia económica del sector turístico en las dos islas más orientales del archipiélago canario es prácticamente absoluta. Ambas son visitadas anualmente por más de 3,5 millones de turistas, que se hospedan en unas 120.000 plazas alojativas, generando puestos de trabajos, directos o indirectos, para una población residente conjunta de 200.000 personas. Debido a esta dependencia de la actividad turística y a la necesidad de un medio ambiente en condiciones óptimas para la vida de visitantes y población local, no podemos consentir que la multinacional petrolera REPSOL-YPF prosiga con sus intenciones de extraer petróleo a escasos 20 kilómetros de las costas canarias; ya que su contaminante industria y el consecuente aumento del tráfico de buques peligrosos que provocará, son claramente incompatibles con el turismo y con el desarrollo sostenible por el que las islas de Lanzarote -declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993- y Fuerteventura, han apostado. Por este motivo la Federación Internacional de Tour Operadores (IFTO) ha mostrado su preocupación y malestar al Ministerio de Economía español en varias ocasiones, advirtiendo de las graves consecuencias para Canarias si se permite el proyecto de REPSOL-YPF.
El irresponsable gobierno español del Partido Popular (PP), con el apoyo de los dirigentes autonómicos de Coalición Canaria (CC), parece no entender la catastrófica situación que provocará para Lanzarote y Fuerteventura la instalación de las plataformas petrolíferas de REPSOL-YPF, no tomando en consideración la riqueza que el turismo genera en las Islas Canarias y despreciando la voluntad de la sociedad insular y de los empresarios turísticos, que se han posicionado radicalmente en contra de la autorización de prospecciones petrolíferas concedida a la multinacional petrolera y de los definitivos permisos que, presumiblemente, le serán otorgados en el 2007.
REPSOL-YPF y el Gobierno de Canarias están llevando a cabo una manipuladora campaña mediática, minimizando las posibilidades de encontrar petróleo en la zona, como consecuencia de la oposición de ciudadanos y empresarios turísticos. De hecho, en informes de la propia REPSOL-YPF, se afirma que esperan producir, desde el 2007 hasta el 2027, 140.000 barriles de petróleo diarios; obteniendo unos beneficios económicos para la compañía de 57.000 millones de euros durante ese período.
Los ciudadanos canarios vamos a luchar enérgicamente para evitar que REPSOL-YPF, con el respaldo del Partido Popular (PP) y Coalición Canaria (CC), lleven a cabo sus intenciones y destruyan nuestro mar. Nuestra primera batalla es la paralización de los dos primeros pozos a comienzos del verano. Para ello, necesitamos de la ayuda decidida y el compromiso de todo el sector empresarial turístico, amenazado gravemente por el deterioro en la imagen de Canarias como destino vacacional, y por el riesgo de cualquier vertido, que determinaría la sentencia de muerte del turismo en las Islas Canarias.
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