Según laprovincia.es:
La crisis toca a la puerta de los ayuntamientos. Los departamentos de servicios sociales de los distintos consistorios están recibiendo desde hace una media de tres meses un número de peticiones de ayudas sociales que en algunos municipios dobla la cifra que era habitual antes de que la recesión económica y la aparejada destrucción de empleo empezaran a campar por sus anchas por Lanzarote, sobre todo en el sector de la construcción.
A los técnicos de las corporaciones locales se les acumulan sobre la mesa los expedientes para determinar si a los solicitantes les corresponde la subvención (en metálico o en forma de un bono para comprar alimentos y productos básicos) y, de ser así, en qué cuantía.
Según los ayuntamientos, la mayor parte de los peticionarios son familias procedentes de la Península, el extranjero y, en menor porcentaje, de otras islas. Los problemas se concentran en los núcleos residenciales donde se ha alojado buena parte de la masa laboral atraída en su momento por la bonanza económica para formar parte de la maquinaria de la construcción y el sector servicios.
Sería el caso de
Playa Honda, Playa Blanca o Arrecife.
La concejala de Servicios Sociales de San Bartolomé, Conchi Álvarez, confirma que la mayor parte de las solicitudes procede de Playa Honda. "
Antes podíamos mantener al día las solicitudes, pero lamentablemente ya no es así y estamos dando cita para dentro de quince días, porque ha subido el doble", explica. "
En algunos casos el hombre y la mujer han perdido el empleo de golpe", dice.
"En Arrecife también lo hemos notado", señala Emilia Perdomo, concejala en la capital lanzaroteña. En el caso de la ciudad la cifra de peticiones se ha incrementado al menos en el veinte por ciento desde diciembre de 2007. Perdomo no facilita estadísticas, pero expone que en determinadas jornadas han desfilado por la sede del consistorio más de 70 personas por este motivo. En el Sur tampoco se han librado de las consecuencias del fenómeno, sobre todo a causa de Playa Blanca.
"Cada mes están pasando de siete a diez personas, cuando antes lo hacían como mucho una o dos", comenta
Juana Guardia. "Se las ayuda en lo que se puede, porque no es posible más, y menos como está este Ayuntamiento..."