CARACTERISTICAS GENÉTICAS DE LAS POBLACIONES HUMANAS DE CANARIAS
Víctor P. García*
"Gracias a circunstancias muy afortunadas se puede definir para la antigua población canaria una característica que forma parte muy importante en la moderna investigación de las razas, característica sobre la cual generalmente no es posible dar noticia alguna referente a poblaciones prehistóricas: nos referimos a los grupos sanguíneos: es cierto que los aborígenes canarios momificaron a sus muertos, por lo que en muchos individuos se han conservado restos viscerales y a veces incluso plexo muscular y plexo momificado de la piel. Después de la adecuada preparación, con métodos especiales se han podido definir los grupos sanguíneos, por lo menos el sistema A, B, O" (Schwidetzky, La Población Prehispánica de las Islas Canarias, Publicaciones del Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife, p 127, 1963).
"Se pudieron obtener restos viscerales de un total de 370 individuos, material que le fue remitido al Dr. Schwarzfischer, de Munich, para su estudio ".
"La más destacada característica de los aborígenes canarios es la proporción extraordinariamente alta del grupo sanguíneo 0. Proporciones tan altas no se conocen en poblaciones europeas vivas. Sin embargo se acercan mucho a los primitivos canarios las tribus bereberes del Alto Atlas (Allison, 1952; Mourant, 1958), en los cuales el grupo sanguínero 0 llega hasta 78 y en algunos casos hasta el 80 %. Las relaciones entre los primitivos canarios y los bereberes también queda confirmada en el aspecto serológico" (Schwidetzky, 1963).
No debe sorprendernos la emoción de la antropóloga Ilse Schwidetzky al constatar dos hechos insólitos: primero el enorme porcentaje que encuentran los investigadores del grupo sanguíneo 0 en las poblaciones canarias (83.95 % en Tenerife y 94,76 % en Gran Canaria) y segundo el mismo hecho de que en muestras de nuestros antepasados momificados se pudiera determinar su grupo sanguíneo, gracias al elaborado sistema de momificación, nunca igualado por nadie, pues los egipcios, por ejemplo, extirpaban las vísceras a las futuras momias y los médicos actuales hacen lo mismo cuando amortajan, pues de lo contrario se les descompone el cadáver.
Estos análisis se hacen desde el punto de vista de la genética de poblaciones y deben ser interpretados en ese contexto, pues tan canarios eran y son los que tenían el grupo sanguíneo 0 como los que tenían y tienen el A, el B o el AB.
Los resultados han sido corroborados en la población actual mediante el estudio estadístico de los grupos sanguíneos pertenecientes al sistema A, B, 0, a partir de las determinaciones efectuadas en el Servicio de Hematología y Transfusión del Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife. El número de sujetos examinados en un periodo aproximado de cinco años fue de 20089, cifra verdaderamente importante. Los porcentajes del grupo 0 alcanzan en este estudio 41,10 % para Tenerife, 45,67 % para La Palma, 52, 13 % para la Gomera y 43,84 % para Gran Canaria. En nuestra modesta opinión el método elegido adolece fundamentalmente de la rigurosidad necesaria en este tipo de investigaciones, pues al realizarse en la década de los sesenta los soldados, que es la población que se utiliza, son exclusivamente varones, excluyéndose del estudio la población femenina y tampoco aclara el lugar de nacimiento de los mismos, con lo que pueden ser canarios o no, excluyéndose según indica el autor, las islas de Lanzarote, Fuerteventura y el Hierro al no reunirse un número de sujetos con validez estadística, pese a lo cual los resultados siguen siendo muy altos (Parejo, M. El Sistema A, B, 0 en la Población actual de las Islas Canarias, Publicaciones del Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife, p 213, 1966).
Los grupos sanguíneos se heredan acorde con la genética mendeliana: si una persona tiene el grupo sanguíneo A tendrá los genes AA o A0, pues cada progenitor aporta un gen, aquí representado por una letra o el 0 (cero). En el primer caso tanto su madre como su padre le transmitieron el gen A, por eso sería AA. En el segundo un progenitor le aportó el A y el otro el 0, pero como A domina sobre 0 su grupo sigue siendo A. Por la misma razón le aportará el gen A a su descendencia en el primer caso y A o 0 en el segundo.
Si una persona tiene el grupo B podrá ser, por la razón anterior, BB o B0, con idénticas consecuencias.
Las personas AB aportan a su descendencia el gen A o el B.
Las que poseen el grupo 0 no poseen ni el gen A ni el B, y su genotipo para el grupo sanguíneo será 00, siendo el gen 0 el que aportan a su descendencia, lo que quiere decir que no manifestarán ni la glucoproteína A ni tampoco la B, por eso se dice que son del grupo 0.
El perfecto estado de conservación de estas macromoléculas en las momias canarias estudiadas en Munich permitió determinar su grupo sanguíneo.
Estos datos entroncan a los primeros canarios con la mismísima cuna de la humanidad, pues los grupos sanguíneos son la expresión de un grupo de genes polimórficos (del griego muchas formas), cuya evolución en Europa originó el grupo sanguíneo A, mientras que el B constituye un marcador de elevada frecuencia en la India. Los grupos sanguíneos descubiertos por Landsteiner se originaron por mutaciones, al igual que otros polimorfismos.
Estudios polimórficos en el gen de la beta-globina (responsable del transporte sanguíneo de oxigeno), el gen CD4 (que codifica una proteína responsable de regular el sistema inmunitario) y una región del DNA en el cromosoma 21 indican, todos ellos, que las poblaciones africanas son mucho mas diversas que las que viven fuera de África, suministrando datos que avalan la existencia del común antecesor de toda la humanidad con una cronología de menos de 2 millones de años.
Los estudios polimórficos en el cromosoma Y indican un origen africano para la moderna humanidad, tal y como aparece publicado en la revista Nature Genetics en su numero de noviembre de 2000. Tanto los estudios en el cromosoma Y para los varones, como en el DNA mitocondrial para las mujeres sitúan las raíces de la humanidad en África, a partir de donde se dispersó por todo el planeta en los últimos 60 000 años aproximadamente (Fig. 1).
Los estudios genéticos permiten estudiar con bastante rigor el origen y las relaciones entre poblaciones. En febrero de 1997 Antonio Arnaiz, catedrático de Inmunología de la Universidad Complutense de Madrid y Jefe del Servicio de Inmunología del Hospital 12 de octubre publica en la revista Investigación y ciencia, versión castellana de Scientific American, los resultados de sus investigaciones en poblaciones magrebíes y europeas, encontrando que los actuales imazighen representan actualmente a las antiguas poblaciones hamitas.
La genética de poblaciones ha estudiado comparativamente poblaciones de la Península Ibérica y el Noroeste de África (Canarias, Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania, Argelia y Túnez). Todos los genes estudiados muestran una separación clara entre los habitantes del Noroeste de África y España y Portugal.
"Los imazighen constituyen los descendientes directos de una población ancestral que se extendía por gran parte del Norte de África, desde Egipto hasta Senegal" (Bosch y col. en Investigación y Ciencia, febrero, 2004).Y añaden los mimos autores:
"Podemos plantearnos si las invasiones árabes implicaron una aportación demográfica significativa o si, por el contrario, una elite numéricamente limitada pero culturalmente prestigiosa consiguió difiundir una nueva lengua y religión, sin que ello conllevara una aportación de genes notable. Para resolver tal disyuntiva hemos de acudir al análisis genético de las poblaciones árabes y bereberes".
"El análisis de gran cantidad de marcadores (inserciones Alu, microsatélites y polimorfismos del cromosoma Y) nos revela una llamativa ausencia entre poblaciones árabes y bereberes. Solo el ADN mitocondrial separa de los bereberes a los árabes argelinos y tunecinos (pero no marroquíes). Debemos concluir, pues, que la arabización del Magreb fue un fenómeno básicamente cultural, en que una reducida élite impuso su lengua y religión. Sin que hubiera cambios en la población local, incluso la actualmente arabófona" (Fig. 2).
Hacemos un llamamiento a nuestros genetistas para profundizar en las interrelaciones de las diferentes poblaciones africanas, dilucidando, entre otras cuestiones, si fueron los imazighen los primeros Homo sapiens o el vínculo de estos con la cuna de la humanidad, pues las investigaciones sanguíneas revelan la posesión de genes que aún no habían mutado en las diferentes razas.
*Doctor en Biología
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