FORO SOBRE LANZAROTE

Según laprovincia.es:

Una de la tarde. El arcipreste de Lanzarote, Santiago Quintana, se acerca al micrófono: "Ha coincidido una boda de unos irlandeses y luego seguimos tras la ceremonia". Automáticamente se disparan las críticas desde la bancada: "¿Por qué tiene que venir gente a casarse el día de los Dolores?", grita alguien. El cura, recalcando que serán apenas unos minutos y que el que quiera puede permanecer sentado, invita a despejar el pasillo para que pueda oficiarse el acto. Pero la semilla de la polémica ha germinado. "Es el día del pueblo. Que la hagan otro día. Ni en la época de Panchito Escopeta nos echaban de la iglesia", se queja Carlos Fajardo haciendo uso del más utilizado en Lanzarote de los sobrenombres del dictador Francisco Franco.

"To the left". Sí, a la izquierda tienen sitio para dos. Como pueden, los invitados al enlace ocupan lugares en la parte delantera de la ermita mientras los ánimos de algunos permanecen encendidos. "Me parece vergonzoso que el día de los Dolores se venga uno a ver a la Virgen y lo primero que te encuentres sea a una inglesa diciendo que tienes que irte porque hay boda. Por supuesto que le dije que no", explica Domingo Gil. "Antes unos extranjeros le dijeron a mi madre que si se podía levantar, y yo le dije que nada, que ella no se movía", indica una señora. Con cara de circunstancias, el párroco recorre la sala y recoge muestras de indignación. "Contra ellos no tenemos nada, pero no hay derecho a esto", espeta una mujer. "Lo siento mucho. Son cinco minutos", insiste él dibujando un gesto de súplica en las manos y otro en el rostro.



Con este ambiente arrancó la ceremonia. Los rumores a la entrada continuaban. Dos de los invitados, un hombre y una mujer encendidos por algo más que el sol tomado los días previos en la isla, se levantaron de improviso para exigir silencio llevándose el dedo índice a los labios: "Tssshhh..." Fue quizás el momento más tenso. Al poco, un devoto largo y enjuto enfiló el pasaje pese a la supuesta tregua y se colocó ante la Virgen, persignándose al lado de los estupefactos padrinos. "Voy a dejar yo de verla por la vaina esta, lo que faltaba..." Con todo, imperó la cordura. Al final hubo aplausos, incluso mayoritarios entre los lanzaroteños. El gesto del día: una mujer arrojó sobre la pareja pétalos del ramo que traía para la Virgen. "Fue un error, pero no se pudo cambiar a otra iglesia por cuestiones legales. Hay que ser comprensivos y tolerantes", argumenta el arcipreste.

Algo sucede en Mancha Blanca, un lugar del mundo donde las pasiones se desatan y las fuerzas telúricas se mezclan con la fe cristiana y, en alguna ocasión, incluso con extraños episodios. Allí, según la tradición, los vecinos lograron frenar en el siglo XVIII el avance de las lenguas de lava tras sacar en procesión una imagen de los Dolores. Hace unos años se hicieron unos baños horadando la simbólica colada, hecho que dio lugar a varias imputaciones sobre políticos y técnicos... "¡Trece, sesenta y nueve!", siguen cantando fuera.