Según La Provincia:
Una sangría de agua. En eso se ha convertido la producción de Insular de Aguas de Lanzarote (Inalsa), empresa pública propiedad del Cabildo y los ayuntamientos intervenida judicialmente por deudas que superan los cuarenta millones de euros. Casi la mitad del caudal que se desaliniza en las plantas de la empresa se pierde.
Las últimas cifras oficiales que permiten una comparación entre agua producida en un año y la controlada y por tanto facturada a través de contadores refleja que las pérdidas se elevaron en 2009 hasta el 46,8%. Este porcentaje, que ya era alarmante, rondaba el 25% en 1995 y se elevó al 27'1% en 1996. Desde entonces todo ha ido a peor.
La antigüedad de las redes de distribución y de los depósitos es la principal causa del desperdicio, aunque también tienen culpa los contadores que han agotado su vida útil y no han sido sustituidos y fraudes que incluyen la conexión a la red para vampirizarla gratuitamente. Estos males se identificaron dentro del plan elaborado en 2009 para garantizar la supervivencia de la empresa, antes del concurso de acreedores. En este informe también se reconocía la falta de inversión en el mantenimiento de las tuberías.
Según fuentes consultadas por este diario, el alcance de las pérdidas de agua con respecto al volumen total producido se ha convertido en un serio motivo de preocupación en el seno de una empresa volcada en el pago de las deudas con sus acreedores. Por otro lado, en el citado informe sobre la viabilidad de Inalsa se apuntó también "la competencia desleal por la presumible existencia de plantas desalinizadoras ilegales en complejos hoteleros" que "provocan que no aumente el volumen de facturación acorde con el nivel de ocupación que se registra en el sector turístico".
Inalsa se convirtió en un circo y, por supuesto, le crecieron los enanos.